Tommaso Con una ternura que Isha no había sentido en mucho tiempo, acarició suavemente su mejilla, dejando que sus dedos se deslizaran por su cuello y clavícula.Isha cerró los ojos, siendo presa de las sensaciones mientras su respiración se hacía más profunda, sincronizándose con la de él.Cada toque era una promesa, una exploración silenciosa del deseo y el amor que florecía entre ellos.Su beso fue inicialmente delicado, un ligero toque de labios que gradualmente se convirtió en una pasión desenfrenada.Sus labios se encontraron y separaron, aprendiendo el uno del otro, explorando cada rincón del alma del otro.Cada beso parecía hablar por ellos, diciendo qué palabras podría haber expresado.A medida que avanzaba la noche, se retiraron lentamente al interior de la casa, de la mano, sin quitarse nunca los ojos de encima.La luz difusa del interior creaba sombras que bailaban en las paredes, acompañando el ritmo lento y elegante de sus pasos.Tommaso levantó Isha la llevó suavemente al dormitorio, donde el aroma de sándalo y ámbar los recibió, intensificando la atmósfera íntima.