En medio del desespero y la presión de múltiples factores, muchas personas se deciden a tomar una difícil y tal vez impensada decisión. Quizá esto sea el producto y la respuesta a esa incertidumbre, a esa falta de apoyo que va taladrando las bases de la vida; pareciera una reacción a la convergencia de factores negativos que le presionan y arrinconan cada vez más, como si se tratara de una jauría hambrienta que les persigue y aleja de la realidad, pero siempre se impone "su realidad", el sentirse sin un piso que le sostenga sobre el cual podría sentirse seguro.
No es fácil huir de sí mismo, de lo que se tiene en la mente inconsciente, que guarda toda la historia del pasado del hombre, que es el que presiona para que se tomen algunas decisiones. Esto podría ser algo de eso; recuerda que el hombre es lo que piensa: Si piensa que algo es malo, ese algo malo es la respuesta; si dice "no puedo hacer esto", seguro que no podrá hacerlo. Es algo enraizado en su pasado.
Todo lo malo que le ocurrió de niño, seguro que será una traba que siempre estará dando vueltas en su mente para controlar algunas de sus decisiones. Usted y solo usted es el dueño de sus actos y usted es lo que piensa. El árbol de la vida tiene su base en las semillas que sembró, en sus pensamientos, sus emociones y las ramas del árbol serían las conductas, las respuestas a los estímulos.
Hoy en día hay mucho estrés financiero y existencial en casi todas partes. Recuerda que la mente gobierna sobre la materia y busca enfrentar, de alguna manera, el peso de la carencia de recursos de todo tipo y por eso surgen decisiones del tipo avestruz; no es momento de permitir que tu vida sea dirigida por el estrés financiero.
Este estrés existe y cumple su papel; tiene una fuerza increíble que se impone, aunque usted no lo vea; es como el viento que puede arrasar con todo sin que usted lo vea, pero sigue siendo una fuerza invisible como las fuerzas de su mente.