El tránsito de género no tiene por qué ser traumático y ni siquiera terapéutico. Es un recorrido vital que estuvo secuestrado por la religión, la academia, la industria y la medicina. En manos ajenas, el género, como la raza, se convierte en instrumento de dominación. Por eso hay que tomarlo en nuestras propias manos: para que no sean otros quienes nos ubiquen, clasifiquen y digan quién y cómo hay que ser. Me llamo Sion y soy la primera persona conforme con el género asignado que decidí abandonarlo sin rumbo definido. Dejé de ser un cuerpo masculino para convertirme temporalmente en Hannah. Aquí os cuento su historia, cómo hice la primera doble transición de género del mundo y pude elegir quién soy.
Gender transition doesn't have to be traumatic or even therapeutic. It is a vital journey that has been hijacked by religion, academia, industry and medicine. In the hands of others, gender, like race, becomes an instrument of domination. That is why we have to take it into our own hands: so that it is not others who locate us, classify us and say who and how we should be. My name is Sion and I am the first person who conforms to the assigned gender who decided to abandon it aimlessly. I stopped being a male body to temporarily become Hannah. Here I tell you her story, how I made the world's first double gender transition and was able to choose who I am.