Este libro se lee fácilmente pero no es simple; es provocador, pero no sensacionalista; es interesante, pero no pedante y nos descubre cosas verdaderamente impactantes acerca de cómo vivimos y pensamos en un mundo hiperconectado y volátil.
¿Por qué pensamos tan poco y tan mal? Nunca en la historia hemos tenido tanta información a nuestro alcance como hoy. Sin embargo, parece que cada vez contamos con menos capacidad crítica y acudimos con frecuencia al razonamiento rápido, automático y sesgado que propician la demagogia, la publicidad y los entornos digitales.
Distraídos
nos apela a todos.
Thibaut Deleval establece un diálogo muy directo con los lectores, explica con claridad lo que impide reflexionar con rigor y libertad y nos lanza un reto: reaprender a pensar con criterio para que nadie lo haga por nosotros. ¿Te atreves?
«La duda es la antesala de la activación de la inteligencia. Si no somos capaces de dudar, no vamos a poder ponernos a pensar. ¿De qué dudar? Primero deberíamos aprender a dudar de esas corazonadas y ocurrencias que surgen más de nuestras emociones que de nuestra reflexión. También deberíamos dudar de lo que escuchamos. No todo lo que se dice en la televisión es verdad ni tampoco todo lo que se publica online o en papel. (...)El problema es que dudar supone un esfuerzo y muchas veces una incomodidad, porque dudar significa contemplar la posibilidad de que podríamos, de manera eventual, estar... ¡equivocados!».
ENGLISH DESCRIPTION
This is an easy read, but not such a simple one. It is provocative, but not sensationalist. It is interesting, but not pretentious. And it shows us truly shocking things about how we live and think in a hyper-connected volatile world.
Why do we think so little and so poorly? Never before have we had so much information at our reach like today. However, it seems that we are becoming less and less critical, and we rely often on quick, automatic, biased thinking, promoted by demagogy, publicity, and digital environments.
Distracted
appeals to us all.
Thibaut Deleval creates a straightforward dialogue with his readers, clearly explaining what keeps us from rigorous and free reflection, and he puts forth a challenge: learning once again how to think judiciously, so no one else does it for us. Do you dare?
Doubting is the prelude to activating intelligence. If we are unable to doubt, we won’t be able to start thinking. What should we doubt? First, we should learn to question those hunches and afterthoughts that arise more from our feelings than our reflections. We should also doubt what we hear. Not everything being said on television is true, and neither what’s posted online or published on paper [...] The problem is questioning something requires effort, and it’s uncomfortable most of the time, since doubting implies contemplating the possibility that we might, in fact, occasionally be... wrong!