Este libro explora la importancia de involucrar a los artistas en la lucha contra el cambio climático, resaltando su capacidad para abordar los desafíos ambientales desde una perspectiva psicológica. Los artistas actúan como intermediarios entre el público y los datos científicos, facilitando un diálogo más profundo a través del impacto del arte centrado en el cambio climático. Su papel en la concientización y movilización del público frente al problema climático es cada vez más crucial, ya que pueden transformar sus obras en poderosas herramientas de comunicación sobre el cambio climático. Al aprovechar una serie de cualidades psicológicas inherentes al arte, estas obras transmiten un mensaje que trasciende la mera comunicación intelectual, apelando a las emociones del espectador e incitándolo a reflexionar sobre la realidad climática. Inspiradoras y motivadoras, estas obras instan al espectador a tomar decisiones y acciones concretas para cambiar el destino de nuestro planeta. La colaboración entre artistas y científicos se vuelve fundamental para abordar el cambio climático de manera integral, combinando la racionalidad y la emotividad para impulsar cambios significativos hacia un futuro más sostenible.