Esta es la historia de un hombre que se reinventa a cada paso, un vendedor que encuentra muy pronto su vocación y no la abandona jamás, sino por el contrario, la perfecciona, la disfruta, busca en todo momento estrategias para enriquecerla. El ajedrez es clave en su formación, pero también los valores éticos. Su filosofía se basa en una regla simple: atención al cliente. Ese concepto abarca desde la audacia hasta el espíritu de servicio, pasando por la preocupación genuina de las necesidades del cliente y la propuesta sistemática de opciones para mejorar la relación vendedor-comprador.
De manera simultánea, se entreteje la historia de un hombre que se enfrenta a la muerte de su hijo y, tras una serie de crisis que parece interminable, aprende a transformar el dolor en acciones positivas. Descubre lentamente que la muerte le ha arrebatado también el miedo.
Este libro podría recordarnos aquella frase célebre de Napoleón: "Todo hombre debe decidir: arriesgar todo lo que posee para conseguir aquello que desea, o sentarse a observar el paso de los triunfadores."