En la noche del 31 de diciembre de 1958, Fidel Castro y su grupo de revolucionarios cruzaron las montañas de la Sierra Maestra y derrocaron al gobierno del dictador militar Fulgencio Batista. Cuatro años después, la opresiva agenda comunista de Castro obligó a muchos padres desesperados a enviar a sus hijos secretamente fuera del país. Entre 1960 y 1962, más de 14,000 menores cubanos no acompañados volaron desde La Habana a Miami bajo el patrocinio de la Catholic Welfare Bureau en Miami. A estos niños se les llamó Pedro Pan, y Estrella Rodríguez Pereira fue una de ellos. En este relato sincero y profundamente conmovedor, la Sra. Pereira se convierte en la voz de aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de expresar el dolor profundo de ser arrancados de sus hogares, obligados a adaptarse a una cultura, un idioma y una forma de vida diferente en una tierra extranjera. La autora revela las luchas, temores y el espíritu indomable que definen a una generación de cubano-estadounidenses que, por esa razón, perdieron su infancia.