Cómo se manifiesta el racismo encubierto en el lenguaje cotidiano.El uso de un lenguaje racista afecta profundamente al clima social al reforzar estereotipos nocivos, legitimar la discriminación y crear un entorno en el que prosperan la desigualdad y la exclusión. Este tipo de lenguaje perpetúa la noción de que ciertos grupos son inferiores por motivos de raza, etnia u origen cultural, normalizando estas actitudes y convirtiéndolas en parte de la narrativa social cotidiana. Esta normalización fomenta la xenofobia y los prejuicios, llevando a la gente a ver a los grupos minoritarios como otros o extraños, lo que puede desembocar en exclusión social y hostilidad.El lenguaje racista también alimenta el fanatismo al arraigar creencias prejuiciosas en las interacciones sociales, dificultando que las personas vean a los miembros de grupos marginados como individuos complejos. Con el tiempo, la exposición a este tipo de lenguaje puede hacer que las personas interioricen estos prejuicios.