Él trabaja en un medio digital donde la rebeldía es un eslogan y la verdad se negocia en reuniones con café caro. Daniela es la nueva integrante del equipo: magnética, impredecible, imposible de ignorar. Él tiene una esposa. Ella tiene una novia. No deberían estar juntos, pero lo están. O algo parecido.
Lo suyo no es amor, pero tampoco solo sexo. Es un juego sin reglas, un ciclo de atracción y rechazo donde nadie gana. Entre mensajes que llegan tarde, madrugadas de vodka y excusas disfrazadas de destino, él se obsesiona con ella. Quiere entenderla. Quiere que lo elija. Quiere que esto signifique algo. Pero Daniela nunca promete nada. Nunca se queda. Nunca se va del todo.
Mientras su vida personal se cae a pedazos, en la redacción las cosas no son mejores. El Bagre, su jefe, dirige el medio con la lógica de un campo de batalla, donde el periodismo es solo otra forma de medir egos. La política, el cinismo y la precariedad lo contaminan todo. Y al final, la mentira es el único lenguaje que todos entienden.
Recuerda que todo es mentira
es una historia de obsesión, deseo y autoengaño. Un retrato sin filtros de relaciones tóxicas, del periodismo convertido en circo y de un hombre que se pierde en una mujer que nunca estuvo ahí para salvarlo. Porque hay amores que destruyen. Y mentiras que preferimos creer.
Miguel Ángel Devia nos sumerge en un descenso feroz, lleno de sexo, traición y cinismo. Escribir para sobrevivir, beber para olvidar, amar para perder. En
, cada página es un incendio del que nadie sale ileso.