Un barrio periférico, cuatro feminicidios y una comunidad que se niega a seguir siendo invisible
En
Rostros invisibles: Cicatrices de la ciudad
, un barrio marcado por la violencia y el olvido decide mirarse a los ojos y cambiar su destino. Mientras un asesino elige
mujeres jóvenes, embarazadas y de ojos verdes
, la comunidad -liderada por mujeres- se organiza, convierte el miedo en acción y transforma muros rotos en
murales
y
llamados públicos
a la dignidad y la vida. Las
cámaras
dejan de ser amenaza para volverse aliadas: hacen visible lo que la ciudad prefería ignorar.
Con prosa intensa y atmósfera social potente, la novela entrelaza memoria, urbanismo y resistencia:
asambleas
, jóvenes que se suman, artistas, médicas y activistas que tejen un plan para recuperar el territorio y la esperanza. Incluso la violencia tiene una lógica oscura: las víctimas fueron
envenenadas
con compuestos que delatan a alguien con conocimientos de
química
.