Hay libros que se leen con los ojos, y hay libros que se sienten con el alma
.
Soledad Oscura
pertenece a esta segunda categoría: es un testimonio visceral que nos invita a caminar por los senderos más íntimos del dolor y la memoria.
Ángela Arpushana nos entrega en estas páginas una cartografía emocional que va desde la luz dorada de la infancia hasta las sombras más profundas de la pérdida. Su voz poética, auténtica y desgarradora, nos conduce por dos territorios claramente definidos: en el poema
Infancia en verso
, la autora evoca con nostalgia luminosa ese mundo perdido donde:
"Es tan bonita la vida: / cantar, jugar, / correr sin medida / por cada rincón de mi casa".
Estos versos iniciales establecen el contraste devastador con lo que vendrá después, pues esa misma voz que celebraba la vida terminará gritando:
"Maldita sea esta vida"
, en el poema
Maldito