Tomás Halík presenta la crisis actual de la Iglesia como una transición hacia una nueva etapa en la historia del cristianismo. La tarde como madurez, como periodo de conciencia y renovación. Esto es lo que pretende transmitir Tomáš Halík con el título de su libro, inspirado en la metáfora que Carl Gustav Jung aplica a la dinámica de la vida individual. El autor adapta esta figura a la historia del cristianismo. Así, la mañana es la época premoderna, con la construcción de estructuras doctrinales e institucionales. La crisis del mediodía es la Modernidad, que, con la secularización y el ateísmo científico e ideológico, sacudió los fundamentos tradicionales de la Iglesia. Hoy, la era moderna ha comenzado su declive y es hora de que los cristianos capten los signos de los tiempos y reconozcan el kairós vespertino que se les viene encima Si resiste a la tentación de disolverse en el pluralismo posmoderno y mira más allá de las trabas del aislacionismo, un cristianismo maduro podrá comprometerse en un nuevo ecumenismo, en esa «fraternidad universal» a la que nos insta Francisco. Y, en este sentido, Halík esboza nuevas perspectivas para una reforma de la Iglesia que la vea como un interlocutor atento en la cultura y la sociedad de nuestro tiempo, como el pueblo de Dios en peregrinación a través de la historia, una escuela de sabiduría cristiana, un hospital de campaña en medio de la familia humana, un lugar acogedor de acompañamiento espiritual y reconciliación.
In this masterfully written book, Tomáš Halík calls upon Christians to touch the wounds of the world and to rediscover their own faith by loving and healing their neighbors. One of the most important voices in contemporary Catholicism, Tomáš Halík argues that Christians can discover the clearest vision of God not by turning away from suffering but by confronting it. Halík calls upon us to follow the apostle Thomas’s example: to see the pain, suffering, and poverty of our world and to touch those wounds with faith and action. It is those expressions of love and service, Halík reveals, that restore our hope and the courage to live, allowing true holiness to manifest itself. Only face-to-face with a wounded Christ can we lay down our armor and masks, revealing our own wounds and allowing healing to begin. Weaving together deep theological and philosophical reflections with surprising, trenchant, and even humorous commentary on the times in which we live, Halík offers a new prescription for those lost in moments of doubt, abandonment, or suffering. Rather than demanding impossible, flawless faith, we can look through our doubt to see, touch, and confront the wounds in the hearts of our neighbors and-through that wounded humanity, which the Son of God took upon himself-see God.