En el año 2011, llega procedente de Venezuela al Perú una madre con sus tres hijos con el propósito de rehacer su vida en pareja. A los cuatro meses de haber llegado, es víctima de su prometido, un político en el exilio debilitado de poder que, en su desesperada ambición de dinero y utilizando medios fraudulentos y actos despiadados, lleva a esta familia al borde de la muerte y a vivir los momentos más duros de sus vidas. Al desamparo de lo necesario y esencial de la vida humana, esta mujer lucha incesantemente para sobrevivir y salvar a sus hijos. Caminar firme por un acantilado, cargando a una niña y llevando a otros dos de su mano resulta, en primer plano, un acto de riesgo aterrorizante. Ser empujado e, irremediablemente, caer en aguas turbulentas, y nadar y tratar de respirar en estas aguas, junto a tres pequeños, resulta casi imposible. Entregarse y rendirse sería aniquilar a quienes se les dio la vida. Por muy grande que sea la tormenta y adversas las circunstancias, la fe debe ser inquebrantable. Ningún alma impía puede derrotar la nobleza del amor y la lealtad. Mientras se respire, siempre hay una esperanza.
Yo, Anaí Domínguez
es el testimonio de la supervivencia de la autora junto a sus hijos, desde el día en que llegó al Perú y los diez años siguientes. Testimonio impactante, doloroso y redentor.